lunes, 8 de febrero de 2010

La extinción del Pérmico-Triásico: La Gran Mortandad

Al hablar de extinciones masivas a todos nos viene a la cabeza la extinción de finales del período Cretácico, hace 65 millones de años, que provocó la desaparición de los dinosaurios. Si bien es la más conocida, no es la única, ya que en los aproximadamente 600 millones de años de vida pluricelular en el planeta Tierra hay evidencias de, al menos, seis extinciones masivas a nivel global. Esto supone un evento masivo de extinción cada 100 millones de años aproximadamente. En este post se intentará describir una de esas extinciones, la más grave ocurrida en la historia terrestre, y que por su magnitud es conocida como la Gran Mortandad.

Nos encontramos a finales del período Pérmico, hace 251 millones de años. Pangea está formada y existe una gran diversidad de vida terrestre: desde artrópodos a terápsidos (los reptiles mamiferoides que evolucionarán en mamíferos), pasando por los anfibios. La flora está compuesta por gimnospermas, principalmente coníferas. La vida en el mar ha sufrido un descenso de diversidad debido a la desaparición de ecosistemas provocada precisamente por la formación de Pangea. Sin embargo, esto no es nada comparado con lo que se avecina…

Así, llegado el momento y en un lapso de tiempo no superior al millón de años (se especula con cifras que no superan siquiera los 200.000 años), ciertos eventos catastróficos supusieron la desaparición del 70% de las especies terrestres y aproximadamente del 95% de las marinas. La Tierra se convirtió en un páramo donde sobrevivieron únicamente el 10% de las especies totales. Para hacernos una idea, la extinción del Cretácico-Terciario eliminó al 75% de todas las especies.

¿Cuáles fueron las causas de tales niveles de mortandad? Hay diversas hipótesis y se cree que ninguna actuó en exclusiva. La vida es extremadamente resistente, por lo que para llegar a tales niveles de destrucción las especies tuvieron que verse atacadas desde varios frentes. De este modo, la geología nos muestra una región en Siberia de 2 millones de km2 conocida como trampas siberianas, de origen volcánico y datadas en el límite entre el Pérmico y el Triásico. Estas trampas son los restos de la mayor erupción volcánica que ha habido en la historia de la Tierra. Una erupción 10.000 veces más potente que cualquiera que haya observado el hombre. Existe una teoría que enlaza esta erupción con la caída de un meteorito en la Antártida. Este impacto habría provocado una serie de ondas sísmicas que se volvieron a encontrar en el lado contrario del planeta, ocupado por la zona de Siberia en ese entonces, provocando en cierto modo la erupción.

Sea como fuere dicha erupción provocó un invierno nuclear debido a las cenizas volcánicas. A continuación (cientos de años), se produciría un aumento de las temperaturas de unos 5 °C a causa de un incremento en el efecto invernadero debido a los gases de la erupción. En estos momentos serían los animales terrestres los más afectados; pero aún quedaría un paso más: el gradual incremento en la temperatura calentó los mares y llevó al derretimiento de depósitos de hidrato de metano congelado en los fondos marinos y a la consiguiente liberación del metano a la atmósfera. El metano es uno de los gases de efecto invernadero más potentes y habría provocado un posterior aumento de las temperaturas de otros 5 °C. Es a este último episodio al se le atribuye la mortandad en el medio marino. El registro fósil así lo indica: una fase de extinción en tierra, seguida por una en mar y acabando finalmente con otro período de extinción en tierra menos estudiado pero íntimamente relacionado con esta serie de episodios que llevaron a la vida en la Tierra a la mayor crisis que ha conocido.

Más información aquí, aquí y aquí. Imagen: Wikipedia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

deverias poner la recuperacion

Anónimo dijo...

La devastacion siempre es seguida de evolucion y nueva vida. Las catastofres sobre el planeta se han sucedido a traves del tiempo y la especie humana es solo un accidente en la historia de la tierra