
El descubrimiento, llevado a cabo por un equipo de la Organización India de Investigaciones Espaciales (ISRO), consistía en la recolección de aire a alturas comprendidas entre los 20 y los 41 km. de altura. Dicha recolección fue llevada a cabo por medio de tubos de acero, esterilizados previamente, y que más tarde fueron soltados en paracaídas. Los análisis posteriores de las muestras fueron llevados a cabo por dos equipos independientes: uno del Centro de Biología Celular y Molecular de Hyderabad y otro del Centro Nacional de Biología Celular de la India.

Las bacterias, bautizadas como Janibacter hoylei, Bacillus isronensis y Bacillus aryabhata, han resultado ser extraordinariamente resistentes a la radiación ultravioleta, lo que hace que se hayan presentado ciertas hipótesis acerca de su procedencia.
Los investigadores al frente del estudio no descartan ninguna teoría acerca del origen de las bacterias aunque, según sus palabras “el presente estudio no puede establecer de forma concluyente el origen extraterrestre de estos microorganismos”. Sin embargo, sí que confían en que su descubrimiento sea lo suficientemente importante como para animar a la comunidad científica internacional a que siga investigando y “continúe el trabajo de exploración sobre el origen de la vida”.
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